"Mandón y Mandín"
Había una vez dos reyes vecinos: el rey Mandín y el Rey Mandón. Un día Mandín
escribió una carta a su vecino.
- Entrega este sobre al rey Mandón -dijo Mandín a su mensajero- y traéme la respuesta.
Llovía esa mañana de forma terrible. El mensajero se guardó el sobre real bajo su sombrero para protegerlo de la lluvia y montó en su caballo. A mitad del camino, el viento le ladeó el sombrero y el mensaje real se mojó.
El rey Mandón estaba, sentado en su trono, con los nobles y charlando cuando llegó el mensajero con la carta de Mandín.
- ¡Qué raro! -dijo el rey-, aquí dice: "Mándame un cerdo azul con la cola negra, o si no..."
Y ya no entendía más, porque la lluvia había borrado el resto.
Mandón y sus nobles se reunieron en consejo para ver qué le contestaban a Mandín. Al fin entregaron otra carta al mensajero.
Volvió a montar el mensajero en su caballo; llovía aún, y el mensaje volvió a mojarse.
Así que cuando llegó a manos del rey Mandín éste lo leyó y dijo:
- Esto es indignante. ¿Sabéis lo que contesta ese bruto de Mandón a mi carta? Aquí dice: "No tengo ninguno, pero si lo tuviera...".
Es un mal vecino, y ahora mismo le voy a declarar la guerra. Se declaró la guerra y la lucha duró muchos meses.
Hasta que al fin, Mandón y Mandín, cansados ya, decidieron verse.
- ¿Qué querías decirme -dijo el primero- con eso de: "Mándame un cerdo azul con la
cola negra, o si no...?"
- Pues sencillamente -dijo el otro-, que me enviases un cerdo azul con la cola negra,o si no, otro de cualquier color. Y tú, Mandón, ¿qué quisiste decir al contestar: "No tengo ninguno, pero si lo tuviera...?"
- Pues quería decir, sencillamente, que no tenía, pero si lo tuviera te lo mandaría con mucho gusto.
- Mira que hemos sido tontos -dijeron Mandín y Mandón-. Con lo aburrido que es luchar...
- Yo estoy cansadísimo -dijo Mandín.
- Mis hombres quieren organizar un buen banquete -dijo Mandón.
- Pues hagamos enseguida la paz -añadieron los dos a coro-. Y la próxima vez, antes de enfadarnos, más vale asegurarnos de que entendemos bien los mensajes.
Carmen Posadas. El parque de papel. Lecturas del Ciclo Inicial. Segundo libro. Ed. SM
Había una vez dos reyes vecinos: el rey Mandín y el Rey Mandón. Un día Mandín
escribió una carta a su vecino.
- Entrega este sobre al rey Mandón -dijo Mandín a su mensajero- y traéme la respuesta.
Llovía esa mañana de forma terrible. El mensajero se guardó el sobre real bajo su sombrero para protegerlo de la lluvia y montó en su caballo. A mitad del camino, el viento le ladeó el sombrero y el mensaje real se mojó.
El rey Mandón estaba, sentado en su trono, con los nobles y charlando cuando llegó el mensajero con la carta de Mandín.
- ¡Qué raro! -dijo el rey-, aquí dice: "Mándame un cerdo azul con la cola negra, o si no..."
Y ya no entendía más, porque la lluvia había borrado el resto.
Mandón y sus nobles se reunieron en consejo para ver qué le contestaban a Mandín. Al fin entregaron otra carta al mensajero.
Volvió a montar el mensajero en su caballo; llovía aún, y el mensaje volvió a mojarse.
Así que cuando llegó a manos del rey Mandín éste lo leyó y dijo:
- Esto es indignante. ¿Sabéis lo que contesta ese bruto de Mandón a mi carta? Aquí dice: "No tengo ninguno, pero si lo tuviera...".
Es un mal vecino, y ahora mismo le voy a declarar la guerra. Se declaró la guerra y la lucha duró muchos meses.
Hasta que al fin, Mandón y Mandín, cansados ya, decidieron verse.
- ¿Qué querías decirme -dijo el primero- con eso de: "Mándame un cerdo azul con la
cola negra, o si no...?"
- Pues sencillamente -dijo el otro-, que me enviases un cerdo azul con la cola negra,o si no, otro de cualquier color. Y tú, Mandón, ¿qué quisiste decir al contestar: "No tengo ninguno, pero si lo tuviera...?"
- Pues quería decir, sencillamente, que no tenía, pero si lo tuviera te lo mandaría con mucho gusto.
- Mira que hemos sido tontos -dijeron Mandín y Mandón-. Con lo aburrido que es luchar...
- Yo estoy cansadísimo -dijo Mandín.
- Mis hombres quieren organizar un buen banquete -dijo Mandón.
- Pues hagamos enseguida la paz -añadieron los dos a coro-. Y la próxima vez, antes de enfadarnos, más vale asegurarnos de que entendemos bien los mensajes.
Carmen Posadas. El parque de papel. Lecturas del Ciclo Inicial. Segundo libro. Ed. SM